viernes, 22 de noviembre de 2013

Baozi rellenos de soja agridulce

El reto de noviembre de "Bake the world" era ni más ni menos que hacer unos baozi.
Los baozi son unos bollitos de origen asiático que se rellenan normalmente con carne de cerdo y que se hacen al vapor.



Los bollos están riquísimos, son super ligeros por dentro y por fuera con un poco "pegajosos" pero en plan bueno, jejeje.
La salsa agridulce que he hecho para la carne de soja es 100% casera y con productos no tan comunes, pero que no son difíciles de encontrar, un viajecillo a la tienda asiática y listo.




Ya se que siempre os digo, ir a la tienda asiática, que en las grandes ciudades las hay por todos lados o ir a herbolarios, y es que hay un montón de productos en estas tiendas que hacen que cocinemos cosas más variadas de vez en cuando y así nos sorprendemos a nosotros mismos haciendo comidas internacionales riquísimas ;)




El punto agridulce de la salsa se lo da el tamarindo, que lo venden en pasta y dura un montón de tiempo en el frigorífico y está riquísimo en salsas de este estilo.
La receta la podéis hacer exactamente igual pero con carne de cerdo, o de pollo, lo que más os guste.

Baozis rellenos de soja agridulce (6 baozis):
Ingredientes:
Para el pan:
150 gr de harina
100 ml de agua
1 cucharada de aceite
1 cucharadita de azúcar
1/2 cuacharadita de sal
20 gr de levadura fresca de panadero

Echamos en un bol la harina, el azúcar, la sal y la levadura hecha cachitos y removemos bien, echamos el agua y el aceite y mezclamos. Luego amasamos unos 5 minutos hasta que se queden todos los ingredientes totalmente integrados y la masa se quede un poco elástica.

Tapamos con un paño y dejamos reposar en un lugar cálido, sin corrientes de aire. Tiene que doblar su tamaño, puede tardar entre 30 minutos o una hora.

Para el relleno:
50 gr de soja texturizada
4 cucharadas de salsa de soja
El zumo de una lima
1/2 chile
1 diente de ajo
2 cucharaditas de azúcar
2 cucharaditas de tamarindo en pasta
5 gr de jengibre fresco
1/2 cucharadita de semillas de cilantro
1/2 cucharadita de pimienta de sechuan (si la encontráis, si no podéis echar un poco de pimienta)
1/2 citronela o hierba limón (si la encontráis, si no nada)
Agua caliente-hirviendo
100 gr tomate natural triturado

Picamos el chile, el jengibre y la citronella lo más pequeño que podamos.
Machacamos en el mortero la pimienta de sechuan, el ajo y las semillas de cilantro.
En un bol echamos la soja texturizada con todos los ingredientes, menos el tomate natura triturado.
Cubrimos la soja con agua hirviendo y lo dejamos reposar unos 15-20 minutos.

Una vez ya hidratada la soja, ponemos el líquido que sobra en un cazo junto con el tomate natural triturado, dejamos que reduzca.
Añadimos la soja texturizada y mezclamos bien. Reservamos.

Para hacer los baozi:
Hacemos 6 bolitas con la masa, las aplastamos con un rodillo dando forma de disco pequeño.
Ponemos un disco en la palma de nuestra mano, rellenamos con la carne agridulce y cerramos los baozi. Repetimos hasta tener nuestros 6 baozis.

Para que no se peguen los baozis en la vaporera, los metemos en una cápsulas para magdalenas o ponemos papel vegetal.
Ponemos un poco de agua hervir, ponemos la vaporera y encima nuestros bollos, tapamos con la tapadera y dejamos que se hagan al vapor durante unos 20-25 minutos. 






La soja texturizada

Hoy os voy a hablar de la soja texturizada o proteína vegetal. Hacía mucho tiempo que no hacía un ¿Qué es...? y ya iba siendo hora, más que nada porque la soja texturizada la he utilizado en el posta anterior y la voy a utilizar en el siguiente, así que no está de más que os explique el qué es.




La soja texturizada es la "carne picada" de los vegetarianos y veganos, no contiene ningún producto de origen animal y tiene un alto contenido en proteína, además al someterse al proceso de texturización, hace que al masticarla tenga una consistencia similar a la de la carne.




Lo mejor de todo es que no contiene nada de agua y se conserva durante bastante tiempo en la despensa, por lo que si os interesa, la podéis comprar y usarla de vez en cuando.
A la hora de cocinarla, lo único que hay que hacer, antes de utilizarla como si fuera carne picada, es hidratarla en agua caliente.




Podemos encontrar la soja texturizada en distintos tamaños, la hay fina, gruesa, en trozos, en filetes... las que yo os enseño en la foto es gruesa, y necesita unos 20 minutos en agua para poder hidratarse bien.
La soja la podéis encontrar hoy en día en grandes superficies, como en Carrefour, aunque yo os aconsejo siempre que vayáis a herbolarios, porque tienen muchos productos vegetarianos curiosos y porque aunque no seáis vegetarianos, de vez en cuando podéis sorprender en casa ;)

Aquí os dejo una receta en la que he utilizado soja texturizada para hacer unos pimientos de piquillos rellenos de morcilla vegana!

http://www.amapolaelmundoenunplato.blogspot.no/2013/11/pimientos-de-piquillos-rellenos-de.html


lunes, 18 de noviembre de 2013

Pimientos de piquillos rellenos de morcilla vegana

Hoy vamos con uno de los retos de noviembre, el reto de Veganiza al chef. El reto consiste en coger una receta de un cocinero conocido y "veganizarla", es decir, hacer la receta utilizando sólo alimentos de origen vegetal.



Este mes la receta a veganizar era la de los pimientos de piquillos rellenos de morcilla de Karlos Arguiñano.
Así que me he puesto a hacer "morcilla" vegana casera para rellenar los pimientos.
 


Es un plato muy versátil, y aunque no seas vegano lo puedes hacer, para sorprender y para experimentar con otros ingredientes, que hoy en día son muy fáciles de encontrar.
Los podéis hacer de primer plato, presentándolos con una ensalada, o como plato principal, poniendo un par de ellos más y acompañándolo con unas patatas panaderas, por ejemplo.



Los he acompañado con una emulsión de piquillos, muy fácil y rápida de hacer.

Pimientos de piquillo rellenos de morcilla vegana (para 12 pimientos):
Ingredientes:
100 gr de lentejas beluga (si no encontrair¡s, podéis hacerlo con lentejas pardas)
50 gr de soja texturizada
50 gr de arroz
1 cebolla
1 cucharadita de pimentón
2 cucharaditas de orégano
2 dientes de ajo
2 cucharaditas de semillas de cilantro
10 granitos de anís (apróximadamente)
1 cucharada de estragón
2 latas de pimientos de piquillo (en las latas que yo tengo venían 8 pimientos en cada una)
Sal
Aceite de oliva

Ponemos a cocer las lentejas y el arroz con la cebolla picada. Si no utilizáis las lentejas beluga, ponéis primero las lentejas con la cebolla y a los 15 minutos añadís en arroz.

Ponemos a hidratar la soja texturizada con agua hirviendo en un plato.

Majamos en el mortero el ajo, el anís y el cilantro, cuando esté finito añadimos el resto de las especias.

Escurrimos las lentejas y el arroz, sin tirar el caldo.
Ponemos todos los ingredientes en el robot de cocina y añadimos unas 8-10 cucharadas del caldo de cocción. Mezclamos bien, sin que se trituren del todo nuestros ingredientes. Probamos y añadimos más sal si es necesario.

Rellenamos 12 pimientos de piquillo con esta mezcla y los ponemos en una fuente de horno.
Echamos el caldo de la lata de los pimientos y los 4 piquillos que nos quedan en la jarra de la batidora, batimos y vamos añadiendo aceite de oliva suave hasta que emulsione un poco, no se tiene que quedar como una mahonesa.

Metemos los pimientos en el horno, para calentarlos. Los podéis calentar también en el microondas, aunque pueden "explotarse" un poco.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Tarta de queso japonesa

Lo primero que os voy a contar hoy es que gané el premio especial en la categoría de salado del reto de Octubre de cocineros del mundo de Google+ ;) lo gané con la receta de quiche de setas con cebolla caramelizada.  Así que estoy supercontenta :)




Para celebrarlo he hecho esta tarta de queso japonesa, que es como comer algodón de azúcar, es super ligera, nada empalagosa y muy fácil de hacer.
No es como las tartas de queso a las que estamos acostumbrados, así que si queréis sorprender con un pastel ligero en textura y sabor, esta es vuestra receta.




La tarta se hace al baño María y no lleva nada de levadura, todo el aire que hay dentro de esta tarta, que es mucho, es gracias a los huevos, a mi me recuerda a la textura de un suflé, un poco más firme pero no mucho más, así que podéis considerarlo un supersuflé de tarta de queso ;)



Mirar todas las burbujitas que hay en la tarta....

Tarta de queso japonesa
Ingredientes
300 gr de queso de untar
150 ml de nata para montar
50 gr de mantequilla
6 huevos
100 gr de harina
150 gr de azúcar

Precalentamos el horno a 150ºC.
Envolvemos bien el "culete" de nuestro molde con papel de aluminio para que no entre agua al cocinarlo al baño maría.
Forramos nuestro molde con papel de horno, porque sube mucho el pastel, y sino se rebosará o no nos quedará bonito.

Ponemos la nata y el queso en un cazo y calentamos hasta que el queso se haya deshecho (lo podéis hacer en el micro). Un vez que se haya deshecho el queso, retiramos del fuego y añadimos la mantequilla. Mezclamos bien hasta que se haya disuelto por completo la mantequilla. Reservamos.

Separamos las claras y las yemas de los huevos.

En un bol batimos las yemas con 50 gr de azúcar, batimos hasta que hayan duplicado su volumen.

Añadimos las yemas montadas a la mezcla del queso. Mezclamos bien, con movimientos envolventes. Añadimos la harina tamizándola a la vez, mezclamos bien con cuidado de que no nos quedo ningún grumo. Si veis que quedan grumos, colar la mezcla.

Montamos las claras, añadiendo poco a poco el resto del azúcar, cuando hayan montado las claras, las añadimos al resto de la mezcla e integramos todos los ingredientes, aquí hay que tener cuidado, hay que hacerlo con una espátula y con movimientos envolventes, para que no se vaya nada de aire.

En una bandeja de horno profunda echamos agua caliente, ponemos el molde bien forrado con papel aluminio y vertemos nuestra mezcla.
Lo dejaremos en el horno 1 hora y 20 minutos. Para que no baje mucho el pastel, en vez de sacarlo del horno cuando esté hecho, lo que haremos será apagar el horno, dejar el pastel dentro con la puerta del horno entre abierta, podemos ayudarnos con una cuchara de madera para que no se cierre la puerta.