martes, 15 de marzo de 2016

Pan de centeno a las finas hierbas

Hacía mucho tiempo que no os traía una receta de pan, con los panes que hago yo a la semana y por aquí nos cuento nada, de hecho, ahora me ha dado por hacer panes con masa madre, pero de eso ya os hablaré en otro post. Hoy es un pan sencillo, "rápido" para ser pan y riquísimo.


A mí los panes con harina de centeno me encantan y siempre que hago pan algo de harina de centeno le acabo echando, es inevitable. Este pan es migoso por dentro y crujiente por fuera, lo del limón y las finas hierbas no es obligatorio, yo lo hecho para darle un toque diferente.


Hasta greña el pan y eso que no tiene mucho tiempo de levado, así que si soy principiantes en esto del pan, os aconsejo empezar por algo de este estilo, fácil y de verdad que está riquísimo.


A mí el pan me gusta con un buen de aceite de oliva, creo que esa combinación es un placer fuera de lo normal, luego ya si queréis pues con un buen tomate, queso...vamos que el pan no hace falta que os diga como acompañarlo,jejeje.


Además os cuento un truquillo para que os quede una corteza crujiente, que no dura y una miga esponjosa.

Pan de centeno a las finas hierbas:
Ingredientes:
250 gr de harina tipo 0 (podéis utilizar normal si no tenéis, pero a lo mejor os pide más agua el pan)
250 gr de harina de centeno
325 ml de agua
10 gr de sal
25 gr de aceite de oliva
35 gr de levadura fresca de panadero
Tomillo, salvia, ralladura de un limón, romero... las finas hierbas que queráis (opcional)
Un par de cucharadas de semillas de lino (opcional)

En un cuenco echamos las harinas, la sal y las semillas de lino y mezclamos bien, hacemos un hueco en el centro y añadimos el aceite, el agua y la levadura desmigada, mezclamos todo hasta que se haga una bola. Espolvoreamos la superficie de trabajo con un poco de harina y amasamos el pan. Hay que amasar hasta que el pan no se pegue ni a nuestras manos ni a la mesa y la masa sea homogénea. Podéis hacerlo con la amasadora si tenéis.
Volvéis a meter en el cuenco la masa, la tapáis con un paño y dejáis que repose. Lo ideal es que la dejemos en un sitio calentito, que no haya corriente de aire...es que a la masa le gusta lo calentito. La tenéis que dejar que por lo menos doble su tamaño, suele tardar una hora si no hace mucho frío o una hora y media si hace algo de fresco.
Una vez haya doblado su tamaño, sacáis la masa del bol, la estiráis y en el centro echamos las finas hierbas y la ralladura de limón. "Cerramos" la masa y amasamos un poco como os enseño en este post. Hacemos la forma al pan y tapamos, dejamos que repose otra hora.






Mientras reposa, si tenéis piedra para horno, meter la piedra en el horno y calentar el horno a 250ºC, mejor que esté bien caliente la piedra, así que meterla media hora por lo menos en el horno. Si no tenéis piedra, pues precalentar el horno un poco antes también a 250ºC.
Para que no se os pegue el pan a la piedra, echar un poco de semolina en la base del pan, así nos aseguramos de que no se pegue nunca.

Metemos el pan el horno una vez haya doblado su tamaño e inmediatamente echamos un vaso de agua fría en el horno, NO EN EL PAN, cerramos el horno y dejamos 10 minutos a 250ºC. Pasado ese tiempo lo bajamos a 200, dejamos otros 15 min el pan (el tiempo depende del horno, no dejéis que se queme, jejeje) Los últimos cinco minutos, dejamos el horno un poco abierto, para que se vaya la humedad y se acabe de hacer el pan, con esto conseguimos que nos quede una corteza crujiente y una miga como Dios manda. Para dejar entre abierto el horno podéis abrir el horno y meter una cuchara de palo en la puerta y así no se cierra del todo.


   

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